Esta mañana he desayunado atragantado con la triste noticia del fallecimiento de mi – nuestro- compañero Juan Antón Ros, APAREJADOR de pura cepa y, según los registros colegiales, el último de la estirpe de los APAREJADORES.
Hay quienes ejercen una profesión, quienes viven de ella, quienes la disfrutan, e incluso algunos pocos que la dignifican. Es a este último carro al que se subió mi –nuestro- compañero Juan Antón, APAREJADOR para más señas, estandarte de aquella tan entrañable como digna titulación, que amamantó a la de los actuales Arquitectos Técnicos. No te vas, tan solo cambias de tajo, porque la savia de los aparejadores como tú sigue corriendo por nuestras venas.
Gracias por todo, Juan Antón. Que seas feliz allá donde vayas. Y que, como hacías siempre, exhibas, orgulloso, tu pin de APAREJADOR prendido de la solapa.
Manuel Luis Gómez González
Presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Badajoz